
El mosquito tiene una aparato bucal chupador – picador.
Alas cubiertas de escamas.
Tamaño de 5 y 10 mm

Las larvas de los mosquitos son acuáticas, lo que implica que todas las especies necesitan de una masa de agua para poder reproducirse.
Las larvas acuáticas pasan por cuatro estadios de crecimiento sufriendo por tanto cuatro mudas. En la última muda se transforman en pupas, estadio en el que se produce la metamorfosis y del cual emerge al aire libre el adulto.
Las larvas se alimentan por filtración activa de partículas orgánicas en suspensión, aunque las pupas no se alimentan en absoluto. Ambas respiran aire atmosférico a través de un sifón larvario por lo que la contaminación del agua, como los bajos niveles de oxígeno no les afectan especialmente.
El insecto ataca a todo tipo de animales ya sean mamíferos, aves, anfibios y reptiles. Al ser capaz la hembra de repetir la picadura varias veces a lo largo de su vida, puede transmitir entre sus víctimas las enfermedades de las que es vector.
La prevención de los mosquitos es muy difícil por no decir imposible, ya que pueden llegar a volar grandes distancias, ayudados por corrientes de aire.
La principal medida es la eliminación de los posibles focos de cría, si esto no fuera suficiente el método de control más eficaz son los larvicidas.
En las zonas más afectadas se recomienda la colocación de mosquiteros en puertas y ventanas.
En cuanto al tratamiento adulticida, el más adecuado es la nebulización o termonebulización tanto dentro de las instalaciones como en la vegetación en los exteriores, ya que durante el día los mosquitos descansan en estas zonas.